Como parte de una campaña internacional para proteger los humedales un grupo de voluntarios de La Plata resolvió realizar un censo de aves acuáticas en la Región, en una tarea que, además, procura ponderar debidamente los efectos del avance de la agricultura, la contaminación y del progresivo calentamiento global que han confluido para poner en jaque a muchos de los espejos de agua dulce del planeta y, con ellos, a una enorme variedad de especies.
Tal como se informó en este diario la realización del censo de aves acuáticas comenzó a realizarse, por intermedio de la organización Aves Argentinas, mediante el concurso del Club de Observadores platense, en una tarea que apunta a detectar las posibles variaciones poblacionales en la fauna, que revelen la existencia de un deterioro de los humedales en las que habitan.
Existe certeza en el sentido de que, cuando los humedales se degradan, las aves acuáticas se retiran. Se sabe, asimismo, que, ya se trate de lagunas ribereñas, bañados, esteros, ciénagas, o manglares, los humedales cumplen una importante función. Además de albergar a una numerosa variedad de insectos, aves, mamíferos, peces, anfibios, reptiles, moluscos y crustáceos, sirven también como reposaderos de especies migratorias, actúan como reservorios de agua dulce e intervienen en la regulación de regímenes hídricos controlando inundaciones.
Por ser los más ricos en especies, los humedales seleccionados para formar parte del monitoreo son los bañados de la Reserva Natural de Punta Lara, la Laguna de Los Patos, ubicada en las proximidades de Villa del Plata, el Arroyo Carnaval, el Arroyo El Pescado en la localidad de Correa y la Laguna de Gómez.
Detallaron también que entre las especies que se busca censar se encuentran el macá, el biguá, las garzas, la cigüeña, el chajá, los patos, las gallinetas, las gallaretas, la jacana, el tero, la pollona, la becasina y las diferentes variedades de gaviotas que habitan nuestra región.
El estudio encarado apunta, básicamente, a una doble y trascendente finalidad. Por un lado, precisará las condiciones ecológicas en que se encuentran los humedales, buscándose así que se preserve el indudable valor de uno de los recursos naturales más apreciados; y por el otro, el sondeo científico permitirá obtener datos consistentes que contribuyan a una mejor radicación en nuestra región de muy valiosas especies faunísticas.
Se ha dicho ya en esta columna que las zonas ribereñas de la Región, con reservas naturales que aún se está a tiempo de salvar, como son la Selva Marginal de Punta Lara o los humedales que ahora están bajo observación, merecen que se haga un esfuerzo serio para su preservación, que significa nada más y nada menos que ponerlos al margen de toda agresión. La desaparición de la vegetación propia del lugar y la emigración de las aves son daños demasiado graves como para no suponer que las autoridades y la sociedad en pleno reaccionarán para evitarlos.
Tal como se informó en este diario la realización del censo de aves acuáticas comenzó a realizarse, por intermedio de la organización Aves Argentinas, mediante el concurso del Club de Observadores platense, en una tarea que apunta a detectar las posibles variaciones poblacionales en la fauna, que revelen la existencia de un deterioro de los humedales en las que habitan.
Existe certeza en el sentido de que, cuando los humedales se degradan, las aves acuáticas se retiran. Se sabe, asimismo, que, ya se trate de lagunas ribereñas, bañados, esteros, ciénagas, o manglares, los humedales cumplen una importante función. Además de albergar a una numerosa variedad de insectos, aves, mamíferos, peces, anfibios, reptiles, moluscos y crustáceos, sirven también como reposaderos de especies migratorias, actúan como reservorios de agua dulce e intervienen en la regulación de regímenes hídricos controlando inundaciones.
Por ser los más ricos en especies, los humedales seleccionados para formar parte del monitoreo son los bañados de la Reserva Natural de Punta Lara, la Laguna de Los Patos, ubicada en las proximidades de Villa del Plata, el Arroyo Carnaval, el Arroyo El Pescado en la localidad de Correa y la Laguna de Gómez.
Detallaron también que entre las especies que se busca censar se encuentran el macá, el biguá, las garzas, la cigüeña, el chajá, los patos, las gallinetas, las gallaretas, la jacana, el tero, la pollona, la becasina y las diferentes variedades de gaviotas que habitan nuestra región.
El estudio encarado apunta, básicamente, a una doble y trascendente finalidad. Por un lado, precisará las condiciones ecológicas en que se encuentran los humedales, buscándose así que se preserve el indudable valor de uno de los recursos naturales más apreciados; y por el otro, el sondeo científico permitirá obtener datos consistentes que contribuyan a una mejor radicación en nuestra región de muy valiosas especies faunísticas.
Se ha dicho ya en esta columna que las zonas ribereñas de la Región, con reservas naturales que aún se está a tiempo de salvar, como son la Selva Marginal de Punta Lara o los humedales que ahora están bajo observación, merecen que se haga un esfuerzo serio para su preservación, que significa nada más y nada menos que ponerlos al margen de toda agresión. La desaparición de la vegetación propia del lugar y la emigración de las aves son daños demasiado graves como para no suponer que las autoridades y la sociedad en pleno reaccionarán para evitarlos.